Limoncello & Mandarinetto
Original del golfo Napolitano y la costa Amalfitana, el limoncello recorrió Italia completa para luego convertirse en el mandarinetto de la isla de Sicilia, regando un país entero con el perfume de sus cítricos.
Sucede que las preparaciones más restrictivas y básicas resultan siempre las más complejas aunque no necesariamente las más difíciles. Cuando los ingredientes son sólo 3 elementos toda nuestra atención se ve intensificada y cualquier particularidad hará a la larga la diferencia. En cuanto a los ingredientes: el fruto y su variedad particular ya sea sacado del árbol, comprado en una feria o un supermercado; su cáscara cepillada y bien pelada; un alcohol de 95 o 50 grados comprado o hecho en casa; azúcar refinada u otro endulzante, etc.
La gloria de cada cual se encuentra en la relación que establezca entre la singularidad de los ingredientes y su aplicación durante la preparación.
Necesitas:
1 botella de aguardiente de 50 grados
3 limones / 6 mandarinas
500g de azúcar
500cc de agua
¿Cómo se hace?
1. sacar la cáscara más externa del fruto cuidando no perder
demasiado de sus aceites y excluyendo la parte blanca o mesocarpo.
2. dejar en infusión dentro del alcohol durante al menos 30 días.
Se podrá ver el traspaso cuando las cortezas empiecen a perder color
y el alcohol empiece a ganarlo.
3. luego de dos meses de reposo veremos la coloración del alcohol.
4. a continuación se le agrega un almíbar para endulzar y
suavizar el acohol. La proporción de agua y azúcar estará dada
según la gradación del alcohol utilizado y lo espeso o claro que
queramos el resultado final. En este caso, al utilizar un alcohol
de 50 grados, herviré 500cc de agua a los que agregaré 300gr
de azúcar.
5. una vez disuelto y frío se le suma el alcohol a través
de una gaza y se embotella, dejando reposar al menos un par de días.
6. guardar estos licores en el freezer puesto que son más
provechosos bien helados, su baja temperatura y dulzor
contrastarán perfectamente con un café caliente y amargo.